24-04-2017
La digitalización representa la fusión de nuevas tecnologías e innovaciones y la experiencia de utilizarlas. Pero la digitalización es también un estado mental, que se da en las expectativas que se generan entre clientes, empleados, proveedores, accionistas y reguladores. Somos nosotros, como adoptantes de la digitalización en nuestro día a día, quienes esperamos interactuar con nuestro entorno a través de una experiencia Digital. En el ámbito empresarial, la digitalización ofrece a las empresas una nueva perspectiva y herramientas para crecer, proteger y optimizar la performance de los negocios. Por lo tanto, podemos decir que la transformación digital es el cambio que se genera en todos los agentes sociales a partir de la aplicación de la tecnología digital.
El movimiento digital no es solo acerca de un único avance tecnológico. Se trata de explosiones, colisiones y convergencia de diferentes tecnologías. Algunas de estas tecnologías colisionantes son Big Data, Analytics, Internet de las Cosas, la Inteligencia Artifical, Nuevos Materiales, la Impresión 3D, los drones, la robótica avanzada y la robótica de procesos, la Nube, los blockchains y Redes Sociales, entre otras. A partir de estas colisiones, no solo se transforman los negocios existentes, sino que se generan industrias completamente nuevas. Hoy hablamos de Agtechs, Fintechs, Medtechs, entre otros modelos de negocios tradicionales reinventados a partir de la tecnología.
Las organizaciones, las privadas y las gubernamentales, deberán integrarse a esta ola digital más temprano que tarde, como una forma de crecimiento, pero también como un mecanismo de defensa y subsistencia. La estrategia digital en una organización no tiene sentido en sí misma sino que es un enfoque para la ejecución de la estrategia de la propia organización apalancada en lo Digital.
El Foro Económico Mundial de Davos del año 2015, definió que el crecimiento exponencial de la digitalización y la conectividad a internet son la columna vertebral de la Cuarta Revolución Industrial y que tiene el potencial de empujar el avance de las sociedades, activar modelos de negocios innovadores y ayudar a los gobiernos en la relación con sus ciudadanos. Como ha ocurrido en las Revoluciones Industriales anteriores, se espera que la digitalización transforme a la sociedad, los negocios y los gobiernos, incrementando notablemente la productividad a partir de la aplicación de la tecnología. La digitalización generará nuevos empleos, mientras se espera que muchos dejen de existir. Esto requerirá, entre otras cosas, repensar la alineación entre matrices productivas y educativas para desarrollar personas que puedan desarrollarse en este nuevo contexto.
Por lo tanto, la digitalización no es una tecnología de moda en lo que podemos decidir involucrarnos o no. La digitalización es una ola transformadora cuya alcance, dirección, sentido, velocidad y volumen no controlamos y que ya está creando oportunidades y desafíos para la Argentina. El desafío ahora es pasar rápidamente a la acción.