17-03-2022
Desde 2020 la pandemia funcionó como un fuerte catalizador de la transformación digital en todos los sectores, y esto hace que los cambios y avances tecnológicos hayan tomado un ritmo más acelerado comparado con el que estábamos acostumbrados.
En este contexto, lo cierto es que hoy estamos en medio de una ola tecnológica exponencial debido a la convergencia de distintas tecnologías como la inteligencia artificial, herramientas de analíticas, cloud computing y de borde, nanotecnoogías, sensorización, blockchain, realidad virtual (RV) y realidad aumentada (RA), entre otras.
Nube
Del lado de consumidores, las exigencias crecen. Los clientes son menos fieles que en el pasado y, al contar con toda la información sobre los competidores a un clic de distancia, cambian de uno a otro sin problemas ni previo aviso. Frente a esta situación, las organizaciones necesitan ofrecer experiencia de sus excelencias y lo más personalizadas posibles. Para eso, una de las claves es basarse en datos, y en tecnologías capaces de colaborar con los profesionales en el proceso de recopilación, análisis y visualización. Esta realidad del consumidor empoderado hace que las marcas tengan que ser más creativas e interactivas. Lo que implica recurrir no solo a las redes sociales, sino que, en muchos casos, las más grandes apelarán a otras tecnologías como la RV y la RA. Para ello van a precisar redes y aplicaciones con mayor capacidad que puedan descentralizarse hasta el "borde", de modo tal de poder manejar mejor al gran volumen de datos.
Esto implica un cambio importante, porque si el primer gran paso fue migrar hacia la Nube, deberán mover partes de sus cargas de trabajo allí mismo donde los datos son capturados, para que puedan ser analizados en ese preciso punto en tiempo real y sin latencia. Lógicamente, esto requiere que el proceso suceda más cerca de sus usuarios. Esto se llama edge computing y se caracteriza por la distribución del procesamiento.
Este primer ejemplo de descentralización será posible de la mano de una nueva generación de conectividad inalámbrica como el Wi-Fi 6. Dada su relevancia, se espera que su valor económico sea de casi cinco mil millones de dólares en 2025, un incremento del 150 porciento con respecto a la cifra registrada en 2018, de acuerdo con cifras de Wi-Fi Alliance. Esta tecnología brindará menor latencia, más capacidad y mayor ancho de banda para que el movimiento hacia el borde se perciba como una extensión de la propia Nube.
La etapa de descentralización surge, entonces, ante la necesidad de desarrollar nuevas experiencias que operen en entornos periféricos. Algo de todo esto ya es tangible: la enorme cantidad de smartphones y otros dispositivos inteligentes hacen que la informática se descentralice. Sin embargo, también continúa consolidándose la tendencia inversa: muchos servicios nucleados en la Nube. Esto continuará y se intensificará con una transición hacia el multicloud, que aprovecha los beneficios de la nube privada, pública y de borde. Bajo este esquema cualquier dispositivo informático, desde teléfonos inteligentes hasta sensores basados en inteligencia artificial, podrá actuar como un servidor en la Nube.
Metaverso
En los últimos meses comenzó a hablarse mucho sobre el metaverso. ¿De qué se trata?
Un metaverso es un entorno virtual de interacción social y comercial. Por supuesto, esto se plasma a través de avatares.
Las modificaciones hacia la descentralización impactarán en el metaverso, cuyo espacio tiene el potencial de brindar una experiencia inédita hasta ahora, donde la promesa es que ésta sea totalmente inmersiva, y en donde se espera que las marcas tengan un rol destacado.
Hay varias empresas invirtiendo en metaversos, dos de ellas son la ex Facebook, que hoy se llama Meta, y Microsoft. Según anticipan estas compañías, el metaverso tendrá un impacto en la sociedad tan grande como Internet.
De cara al futuro, el metaverso promete oportunidades interesantes para las empresas. Según la consultora Accenture en 2021, las empresas duplicaron su apuesta por la realidad virtual, con un 88 porciento de las organizaciones invirtiendo en tecnologías para crear entornos virtuales y, entre ellas, un 91 porciento tiene previsto invertir más. En tal sentido, la misma fuente se prevé que el mercado alcance los 814.000 millones de dólares en 2028.
Evidentemente, el futuro se perfila descentralizado, y esto demanda de soluciones tecnológicas a la altura del nuevo contexto.
Fuente: telecom.com.ar