Google, la distracción y el cambio de modelo

Desde hace tiempo, la página de la app de Google en dispositivos móviles ha dejado de ser la característica página en blanco de la compañía en la que únicamente aparecían el logo, la caja de búsqueda y los dos botones grises, para convertirse en algo completamente diferente

Actualidad Tecnología

21-12-2018

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Un artículo en Search Engine Land, Google.com mobile home page no longer just a search box, now shows Google Discover feed, me recuerda un tema sobre el que llevaba tiempo pensando, pero no me había puesto aún a escribir: el cambio de criterio de Google a la hora de configurar su página de entrada en los dispositivos móviles.

En efecto, desde hace tiempo, la página de la app de Google en dispositivos móviles ha dejado de ser la característica página en blanco de la compañía en la que únicamente aparecían el logo, la caja de búsqueda y los dos botones grises, para convertirse en algo completamente diferente: un compendio de información y noticias basadas en tus intereses, un producto denominado Google Discover obtenido a partir de información generada por nuestra actividad en la web y en distintas apps, por las características de nuestro dispositivo, el historial de localizaciones, y algunas cosas más. 

La idea es curiosamente parecida a la filosofía de los portales de los ’90, precisamente los que Google defenestró con su idea de página limpia, páginas que el usuario habitualmente configuraba por defecto en su navegador y en las que se podía encontrar de todo, desde noticias hasta el tiempo, pasando enlaces al correo electrónico y a todo tipo de información además de, por supuesto, publicidad. La idea era ser lo primero que el usuario encontraba al entrar en internet, y lograr mantener a ese usuario cuanto más tiempo fuese posible dentro de ella, lo que permitía ir mostrándole más publicidad que, además, podía ir segmentándose cada vez más a medida que ese usuario iba accediendo a información más específica. Cuando Google llegó, lo que más llamó la atención, aparte de la superioridad de sus resultados de búsqueda, fue aquel aspecto vacío de su página, que cargaba de manera instantánea y permitía acceder en un suspiro a una página de resultados desde la que nos dirigíamos directamente a lo que estábamos buscando, sin más distracciones. Cuando, varios años después, la compañía incorporó la publicidad como cimiento de su modelo de negocio, lo hizo a la derecha de las páginas de resultados, como un supuesto complemento de estos, y sin ninguna concesión a la distracción, con anuncios discretos, sencillos, sin imágenes, y completamente integrados en la estética minimalista de la página de resultados.

De acuerdo: en el mundo smartphone, las cosas no son ni tienen por qué ser iguales. Pero pasar de una estética completamente minimalista a una página llena de noticias, resúmenes del partido de tu equipo favorito, el tiempo o un cajón de sastre enorme lleno de información de todo tipo no es simplemente un intento de proporcionar un mejor servicio: es todo un cambio de filosofía. Afortunadamente, la opción puede eliminarse simplemente yendo al menú, haciendo clic en la configuración y en Discover (en español, “Tablón”), y diciéndole que no lo muestre en la página de inicio, pero como es bien sabido, la inmensa mayoría de los usuarios no van a hacer algo así, no van a meterse jamás en la configuración de nada, y se limitarán a utilizar lo que Google les pone delante de los ojos sin ningún tipo de resistencia. 

¿Qué supone este cambio de filosofía? Para mí, el navegador es una ventana que abro para hacer algo en concreto. Cuando abro una pestaña en el ordenador, lo máximo que quiero que aparezca es lo que aparece ahora: una ventana en blanco con diez discretos iconos que representan las páginas a las que accedo de forma más habitual, pero eso es todo. Abro mi pestaña, tecleo lo que quiera teclear, y me voy. En el smartphone, aspiro a hacer lo mismo, siguiendo esa filosofía de “navegador igual a medio para dirigirme a una página determinada”. Que Google ahora proponga una filosofía de “navegador igual a propuesta variada de noticias, entretenimiento y contenido” resulta molesto, y no son pocas las veces que, si no lo desactivas, te encontrarás olvidándote de lo que ibas a buscar al navegador, de la razón por la cual lo abriste, o procrastinando con otros destinos. Sí, para Google puede ser una estrategia muy interesante… pero no deja de ser curioso dedicarse a converger precisamente con la filosofía que contribuiste a matar hace casi dos décadas, ¿no? ¿Envidia Google a Facebook y esa idea que ya también comienza a verse anticuada de “voy a entrar a ver qué hay de nuevo y a curiosear que han compartido mis amigos”?

Es más: la propuesta de “toma estas noticias que te van a interesar” frente a la de “soy yo el que conscientemente voy a sitios que escojo para leer las noticias que me interesan” me parece que está relacionada con muchas de las cuestiones que dan lugar al fenómeno de las fake news, a una lectura menos crítica, más pasiva, menos direccional o voluntaria, y que incluso puede ser utilizada interesadamente como vector, en modo “seguro que es cierto, porque lo he visto en Google”. ¿Cuántas personas conoces para las que Google es sinónimo de internet, que ni siquiera teclean en la barra de direcciones, y que si el logo de Google no aparece al abrir una nueva pestaña, piensan que su ordenador se ha estropeado? ¿Te parece más o menos fáciles de engañar o manipular mediante ese tipo de noticias falsas? Es posible que a estas alturas yo mismo represente una tendencia anticuada, pero por principio, quiero que mi navegador sea eso, un navegador, no una revista de colorines. De acuerdo, Google me deja desactivar Discover, pero activándolo por defecto muestra una idea de lo que debe ser la web móvil que a mí, francamente, me resulta algo preocupante ver en esa compañía. Por supuesto, Google no es la única en seguir esa vía: aunque las ofertas de “configura mi página como página por defecto” ya no son habituales, evocan la web de los ’90, y solo son habituales en usuarios muy poco avanzados a los que alguna página se lo configuró a traición y no saben eliminar ese parámetro, hay otras propuestas que también inciden en esa idea.

El caso de Refind, que desde hace algún tiempo se ha convertido en una de las páginas que más utilizo y que aparece de primera en mi pestaña de inicio, incluye, además de sus muy útiles herramientas de almacenamiento de contenidos y recomendación, una prestación adicional en la que propone añadir Refind a Chrome, y que configura cada pestaña nueva como un resumen de noticias en las que podrías estar interesado, que sin duda, y viendo la habilidad de sus algoritmos, estarán razonablemente bien escogidas. De nuevo, mi problema no es con el tipo de contenido que aparece en mi página de inicio, sino con la simple idea de que exista una página de inicio susceptible de distraerme cuando estoy intentando hacer otras cosas, y que seguramente, en no pocas ocasiones terminará por hacer que me olvide de aquello que iba a hacer y me ponga a leer una noticia que me resulte interesante. Consecuentemente, a pesar de ser un entusiasta del uso de Refind en mi día a día – es la herramienta con la que administro las noticias que guardo cuando quiero volver a ellas, o incluso a la que acudo buscando inspiración, con bastantes buenos resultados, cuando termino mi lectura mediante Feedly y no he encontrado nada sobre lo que escribir – he tomado la decisión consciente de no instalar esa función: para mí, evitar ese tipo de distracciones involuntarias es algo importante. ¿Soy el único al que le ocurre algo así?

Esa “web de la distracción” que nos aparta de lo que era nuestro propósito inicial cuando abrimos el navegador, o que incluso se convierte en una especie de televisión, que encendemos “para ver lo que hay”, es lo que me llama la atención viniendo de una compañía como Google, y me parece, como tal, un cambio de filosofía poco coherente. Posiblemente sea un signo de los tiempos: pensar en la web no como un sitio al que ir a buscar algo en concreto, sino como un sitio al que ir para entretenerse, para que te proponga sitios a los que ir o cosas que leer. Pero a mí, al menos, me resulta incómodo pensar en un modelo que veo menos como “herramienta potente para cualquier cosa” y más como “forma de entretener a las masas”, ese paso de “respondo a lo que me preguntes” a “te ofrezco cosas que te van a interesar sin que me las pidas”, y me parece inquietante que sea la compañía que más contribuyó en su momento a matar el modelo de los portales, la que ahora busque, en el smartphone, prácticamente convertirse en uno…

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