29-08-2017
La versión 2017 del estudio de la consultora Gartner sobre los ciclos de sobreexpectación (hype cycles) de tecnologías emergentes ofrece una descripción gráfica de la madurez y la adopción de tecnologías y aplicaciones, y de cómo son potenciales nuevas oportunidades de negocio.
El gráfico muestra que hay una serie de tecnologías que están cerca de convertirse en algo masivo. La que está más cerca, en grado de madurez, es la realidad virtual. Se espera que llegue al gran público entre 2 y 5 años y ya se encuentra en lo que la consultora llama “Pendiente de iluminación”: esto quiere decir que existen cada vez más instancias de cómo la tecnología puede beneficiar a las empresas y que estas comienzan a cristalizarse a la vez que son comprendidas más ampliamente. Además, los proveedores de tecnología comienzan a lanzar productos de segunda y tercera generación. Si bien cada vez más empresas invierten en pruebas piloto, las compañías conservadoras aún son cautas.
Hay otras tecnologías, la mayoría, que se ubica dentro de la categoría “Pico de las expectativas infladas”. Hay dando vueltas muchas historias periodísticas que hablan de éxitos… acompañadas por varios fracasos. Algunas empresas comienzan a trabajar en estas tecnologías y otras no.
Fuente: Gartner (2017)
Entre ellas se ubican los asistentes virtuales (a las que uno pueda pedirle que reserven un buen restaurant e invite a todos los amigos de la oficina, sin explicar mucho más, por ejemplo --ya existe x.ai, que está en beta testing--), los hogares conectados (con dispositivos “inteligentes” como la heladera, el aire acondicionado y la aspiradora --que ya existen-- así como sensores que permitan identificar los momentos para activar estos equipos; por ejemplo, cuando baja la temperatura y llega determinada hora, se enciende el aire acondicionado para entibiar el ambiente), y la computación cognitiva (los cognitivos utilizan algoritmos de aprendizaje automático que adquieren continuamente conocimientos a partir de los datos alimentados vía minería de datos), que todavía no están desarrollados del todo. Se espera que alcancen masividad en los próximos 5 a 10 años.
En el mismo lugar, pero más cerca de la adopción masiva (entre 2 y 5 años), se ubican el aprendizaje profundo (conjunto de métodos de aprendizaje automática basados en darles sentido a representaciones de datos) y el Machine Learning, íntimamente relacionada con la anterior (es un subcampo de las ciencias de la computación y parte de los estudios de inteligencia artificial que buscan desarrollar maneras que les permiten aprender a las computadoras; es decir, de que las computadoras puedan aprender por si mismas a partir de información suministrada a modo de ejemplos). Se espera que alcancen la adopción masiva en 2 a 5 años.
Dentro del mismo conjunto, pero con un ciclo de adopción que se espera sea más largo (más de 10 años), están los vehículos autónomos. Estos no sólo se enfrentan a los problemas tecnológicos (autos sin conductor que chocan personas o que se confunden) sino además luchas judiciales entre empresas por robo de propiedad intelectual (como la que mantienen actualmente Waymo, de Google, y Uber).
Más abajo en la consideración, hay tecnologías que se ubican en la categoría “Disparadores de innovación”: un avance potencial comienza un nuevo trend. Existen pruebas de concepto, historias de investigaciones y el interés de la prensa empieza a dar publicidad. Sin embargo, no existen aún productos utilizables y la viabilidad comercial no está probada.
Las tecnologías que están en esta etapa son: 5G (un nuevo estándar de la telefonía móvil que supondrán mejores velocidades y un uso más efectivo del ancho de banda; las empresas de telecomunicaciones están trabajando en los primeros prototipos), la mejora humana (human augmentation; utilización de avances tecnológicos o cibernéticos directamente en el cuerpo humano), la impresión 4D (simplificando, una variante de la 3D hecha con materiales especiales capaces de adaptarse al entorno con el que interactúan, y en algunos casos con la capacidad de autorrepararse), y el “polvo inteligente” (una red inalámbrica de diminutos sensores, robots o dispositivos que serán capaces de detectar señales de luz, temperatura, vibraciones, etcétera). La primera se espera que pueda comercializarse en los próximos 10 años, mientras que las tres siguientes recién llegarán al gran público bien pasado los 10 años.