Tecnología olímpica para ver, medir y comprender

Cuáles son los avances que permitirán competir mejor y disfrutar más de la actividad: de pantallas acuáticas en la natación a GPS en los botes y ojo de halcón en el voleibol playero

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10-08-2016

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RIO DE JANEIRO.- Más de uno se lo habrá preguntado cuando ve a un fenómeno como la norteamericana Katie Ledecky, dueña del récord mundial de los 1500 metros libres, ir y venir en la piscina durante poco más de 15 minutos para completar la distancia. En medio del estrés competitivo, de las ansiedades, de los deseos de superación, de los objetivos a mediano y corto plazo, ¿cómo trabaja la mente para no perderse en la distancia que lleva recorrida? ¿Cómo maneja las referencias sobre los tiempos que va haciendo, mientras observa de ojito a sus rivales? ¿Cómo no fallar en el cálculo y resignar esas milésimas de segundo que pueden privarla de una victoria?

 

En pruebas de largo aliento como en las que participa Ledecky hay, en el inconsciente colectivo, esa inquietud sobre el nivel de concentración que deben tener los protagonistas. Los Juegos Olímpicos de Río ofrecerán distintas innovaciones desde la tecnología y una de ellas será precisamente en la natación. Un aporte que quizá muchos no necesitarán, pero que no resulta desdeñable: habrá monitores debajo del agua con contadores de vuelta. En rigor, esta variante ya fue testeada el año pasado en los Mundiales de Kazán, Rusia, pero será su desembarco en los Juegos. No se utilizará para todas las pruebas, claro: los 50, 100, 200 y 400 metros no ofrecen complejidades. Sí se los instrumentará en los 800 m y 1500 m libres. Cada vez que un nadador toque la pared (un panel táctil), se marcará la distancia que ya llevan recorrida. ¿Si es garantía de superación? No necesariamente, aunque sí vale un detalle: la propia Ledecky consiguió su récord mundial (15m25s48/100) en Kazán. La nadadora oriunda de Washington, de 19 años, considerada la heredera de la fabulosa Janet Evans, ostenta las plusmarcas de otras dos distancias: 400m y 800m.

En materia de precisión, el tiro se acercará casi a la perfección. ¿Por qué? Por la inclusión de tecnología láser, reemplazando al sistema de acústica. De esa forma, prevén calcular la puntuación de los participantes "con justeza milimétrica".

 

La posibilidad de los referís de consultar, mediante repetición de imágenes, acciones dudosas para dar mayor legitimidad a un fallo ya hizo pie en muchos deportes, entre ellos el básquetbol, el tenis, el rugby y el hockey sobre césped. Todos con diferentes denominaciones, pero semejantes en su esencia. Río le abre las puertas en el voleibol y el beach volley. Habrá un segundo juez que se encargará de verificar esas jugadas y le advertirá a la autoridad principal sobre aciertos y errores. A la vez, la organización propuso repetir los puntos polémicos en pantallas gigantes, con lo cual la participación del público también será más intensa. Son dos disciplinas de mucho arraigo en Brasil, con gran cantidad de seguidores. Y en el caso del voley playero, una pasión aficionada que no sabe de horarios sobre las tentadoras arenas cariocas.

El remo y el canotaje, dos deportes que le han brindado a la Argentina variadas satisfacciones a nivel olímpico, panamericano y mundial, también encontrarán novedades en estos Juegos. Las embarcaciones portarán dispositivos GPS, no para evitar perderse en las canchas, sino para que los aficionados, que habitualmente tienen dificultades para seguir al detalle las carreras por lo alejado de las tribunas, cuenten con datos al instante sobre velocidad. Y a las vez, analizar las tácticas que emplea cada competidor y

 

o bote o canoa. "Al ver las imágenes en pantalla gigante, será casi como seguir la transmisión por TV, porque el público podrá tener una apreciación más certera sobre los cambios de ritmo y las estrategias. Será un gran complemento, sin dudas", afirmó Sebastián Cuattrin, uno de encargados del remo en Río 2016.

En la primavera crece la afluencia en los gimnasios, preparándose para el verano. Más de una vez, levantando tímidamente 20 o 30 kilos, habrá visto a robustos entusiastas movilizar pesas por más de 100kg y un rostro que se va desfigurando después del 5° o 6° envión a causa del esfuerzo. Los amantes de las pesas en los Juegos Olímpicos dispondrán en Río de cámaras adicionales: las móviles. Lo usual es observar tomas de frente o de los laterales, de por sí contundentes para tener una noción de lo que significa mover esos bloques. Con las cámaras móviles, se incrementarán los ángulos y crecerá la atracción. Eso sí: seguiremos preguntándonos cómo aguantan esas rodillas.

Y aunque no es estrictamente una innovación, cabe mencionarlo. Los atletas se valdrán además de dispositivos con tecnologías llamadas wearables (anillos, anteojos, relojes, pulseras), que han ido ganando terreno en el trabajo diario. Desde la medición de la frecuencia cardíaca y cómo han descansado durante la noche, hasta índices que les marcan cómo los afectan los viajes y traslados. Y lo más importante: detectores de cuándo los límites del entrenamiento están lindantes con la lesión, ese gran enemigo. Que se potencia, claro, ante una competencia de esta envergadura para la cual vienen preparándose desde hace cuatro años.

De una cita olímpica a otra, las mutaciones no sólo son de comunicaciones y aplicaciones, con una vertiginosidad que corre a la par de Usain Bolt. Londres 2012 suena lejano en muchos aspectos, al tiempo que Río 2016 propone incluso lo virtual. En la movida intervino el Comité Olímpico Internacional, a través de su aparato televisivo (Olympic Broadcasting Services): se anunció la transmisión de las ceremonias de apertura y de clausura (5 y 21 de agosto) con imágenes de alta definición y en realidad virtual. La iniciativa también incluirá, en principio, una disciplina por día. Una manera bien distinta de ver los Juegos.

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